miércoles, 23 de septiembre de 2015

El discurso del rey.

“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?”
-Fragmento del discurso de Nelson Mandela como presidente electo en Sudáfrica.

En la película “El discurso del rey” podemos ver la historia del duque de York, Alberto, quien después de que su hermano renuncia al trono éste pasa a ser el nuevo rey. La historia muestra como en muchas ocasiones nos volvemos prisioneros voluntarios de nuestra propia cárcel, que son nuestros pensamientos. Tememos de lo que podemos ser capaces de llegar a hacer y cuanto podemos sobresalir. Nos da miedo convertirnos en el centro de atención y no poder controlarlo. En el primer momento en que fracasamos, hacemos el ridículo o no cumplimos con las expectativas que las personas tenían sobre nosotros, nos encogemos y nos ocultamos en el montón de gente que no busca sobresalir, en ese montón que se conforma con subsistir y existir.
A lo largo de la película podemos ver cómo se van mostrando poco a poco las causas del tartamudeo de Alberto y nos damos cuenta que muchas de éstas son a causa de las palabras desalentadoras de su padre. A veces sin darnos cuenta los comentarios negativos de la gente hacía nosotros se comienza a convertir en la opinión que tenemos de nosotros mismos y no tiene que ser así. “No permitas que la opinión de otro sea tu realidad”. Comenzamos a pensar y reflexionar menos y en cambio convertimos las opiniones y pensamientos de los demás en nuestros.

Al final de la película el Rey logra decir el primer discurso en tiempos de guerra y aprende a pronunciar textos largos con algunos ejercicios de respiración y vocales, superando así algunos traumas que ya venía arrastrando desde su niñez. Una vez que estemos decididos a empezar a avanzar hay que tener claro que vendrán obstáculos difíciles que son necesarios para forjar nuestro carácter y una vez que cumplamos nuestros objetivos podamos mirar atrás y utilizar nuestras enseñanzas como un arma y recursos de enseñanzas para esas personas que apenas van empezando a luchar por cumplir sus metas, porque creo yo, los errores y las enseñanzas que te dejan esos errores, son lo que hace que lograr ésa meta tenga significado.

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